"Tiempo de vivir", finalista del XIII Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miN
La revista digital miNatura es una publicación sin ánimo de lucro, especializada en el cuento breve del género fantástico, la ciencia ficción y el terror.
Acaba de darse a conocer el fallo del XIII Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miNatura 2015:
El ganador ha sido UNA ESPECIE INTERESANTE. Autor: Alexy Dumenigo Aguila (Cuba) El jurado ha destacado como finalistas los siguientes textos:
ENTOMOFILIA. Autor: Desirée Jiménez Sosa (España)
DE CARCOMAS EXTRAVIADAS Y OTROS MISTERIOS. Autor: Reis Lliberós Monfort (España)
30 SEGUNDOS DE INTIMIDAD. Autor; Pere Josep Martínez Marqués (España)
LOBO Y MALACODA. Autor: José Rabelo (Puerto Rico)
INTERNO 11. Autor: Ángel Revuelta Pérez (España)
LO IMPOSIBLE. Autor: Lola Robles Moreno (España)
TIEMPO DE VIVIR. Autor: Juan José Tapia Urbano (España)
SUICIDIO. Autor: Dante Vázquez Maldonado (México)
LA DAMA NEGRA. Autor: Luis Alberto Zurriaga (España)
En breve verá la luz el dossier especial de la Revista Digital miNatura dedicado certamen, en el que se podrán leer tanto el cuento ganador como los finalistas. Cómo no, quería dar la enhorabuena al ganador y a mis compañeros finalistas, y agradecer al jurado la inclusión de mi obra entre las elegidas para engrosar el cuadro de honor del certamen. A continuación os dejo el relato, por si os interesa echarle un ojo. Tiempo de vivir Desde pequeño le habían entusiasmado las novelas y películas de ciencia ficción, especialmente aquellas que versaban sobre la posibilidad de realizar viajes en el tiempo. Siempre estuvo convencido de que, si no se había logrado lo que aquellos visionarios habían plasmado en sus obras, ya fuesen literarias o audiovisuales, se debía sin duda a la impericia de los científicos, incapaces de desarrollar una tecnología que debía estar ahí, aguardando a que una mente inquieta la sacase a la luz, del mismo modo que un escultor permite que la figura que se halla prisionera en el bloque de mármol brote de su interior. A sus quince años tomó una decisión drástica, que habría de marcar el resto de su vida: sería él quien le hiciese ese regalo a la humanidad, la posibilidad del desplazamiento dentro de un marco temporal. Desde entonces encaminó todos sus esfuerzos en esa dirección, preparándose concienzudamente, leyendo cuantos libros sobre física teórica caían en sus manos, y abandonando su vida social, secundaria por completo. Mientras se preparaba para pronunciar su discurso de agradecimiento ante la Academia sueca, que había tenido a bien premiar su fabulosa contribución a la ciencia con el Premio Nobel de física, el prestigioso erudito, ya anciano, se preguntó si le restaría aún algo de tiempo para vivir esa vida a la que había renunciado.